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¿Qué es el bullying?

El acoso Escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, matoneo escolar o en inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional  y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia, siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas. El acoso escolar  es una forma característica y extrema de violencia escolar.

¿Cómo reconocer si mi hijo es víctima de bullying?

En los niños pequeños puede haber trastornos del sueño, conductas regresivas (hacerse pipí en la noches, actuar como bebés), retraimiento social (no querer ir a los cumpleaños del curso, invitar amigos, salir a casas de amigos), rebelión constante, agresividad, dolores abdominales, etc. 

En los preadolescentes y adolescentes pueden aparecer además conductas agresivas en el hogar y hacia los compañeros, también conductas de autoagresión (hacerse daño a sí mismos), trastornos de alimentación, etc.

En ocasiones los padres no saben distinguir bien entre malos tratos y bullying. Es importante reconocer las diferencias, porque si bien ambos son tipos de agresión que afectan los aprendizajes y desarrollo de nuestros hijos, tienen características diferentes que requieren abordarlos de distinta manera. 

El bullying o matonaje, es cuando una situación de agresión o maltrato se hace habitual, persistente en el tiempo, y en general permanece oculta  frente  a los adultos. Tiende a ser asimétrico, es decir el que acosa tiene más poder que la víctima y ésta no logra defenderse (es más fuerte, grande o popular que la víctima). 

El bullying puede ser verbal (insultos, humillaciones o amenazas), físico (golpes, zancadillas, pinchazos, patadas, o bien hurtos o estropeo de los objetos propiedad de la víctima), psicológico (acecho, gestos de asco, desprecio), o social (exclusión del grupo, difusión de rumores y calumnias contra la víctima). 

 

 

 

 

Si cree que algo extraño o diferente le sucede, entonces no dude en conversar con él o ella, y hacerle preguntas directas pero generales, de un modo natural, tratando de que no sean respuestas de sí / no, por ejemplo:

  • ¿Qué hiciste hoy en el colegio?   

  • Del 1 al 7, ¿cómo estuvo hoy de entretenido el colegio?

  • Dime las 2 cosas que menos te gustaron hoy del colegio.

  • ¿Hay alguien en tu clase que no te guste? O, dime los dos compañeros más molestosos de tu curso.

  • ¿Hay alguien que no te guste en tu colegio?